Hace un par de días fui a almorzar dónde mi abuela. Al entrar a la casa noté que todo estaba bastante descuidado; el polvo acumulándose sin respeto y las plantas totalmente mohosas.
Me aventuré al comedor para ver qué se encontraba en el menú. Había un olor bastante diferente alrededor y pensé si provenía de la cocina. Me dijo que probara un bocado ya que se había esforzado en la preparación del platillo. Antes de empezar la miré de reojo. Estaba bastante más vieja de lo normal, con un tinte verdoso en la cara y con diversas zonas sin pelo en la cabeza. Ante mi asombro dio un brinco en si misma cuando le pregunté qué cosa había ocurrido...
Se destapó la olla y en su interior yacía la cabeza de mi primo sin piel y con bastante horas de cocción. "Aquí esta su primo. Ahora puede comerlo". Y de la nada salió un ídolo juvenil del momento y varios camarografos y todos riendo se sentaron a la mesa y se sirvieron.