Friday, January 16, 2009

Un barco

Un barco que transporta algo importante. El mar está tranquilo. Es la calma antes de la tormenta que se avecina. Viajan sin luces, en la oscuridad. Sólo una pequeña luz cerca del cofre. No está claro que es. Aún.

Hay 2 guardianes vestidos con túnicas de color claro, llevan símbolos rúnicos y otros diferentes que parecen familiares. Todo está calmado y no se supone que ésto dure mucho tiempo.

Ese cuadro lo pintó mi abuelo. No alcancé a conocerlo. Pero estuvo conmigo por un tiempo cargándome. Hacia arriba y abajo en su regazo.

Pintó ese cuadro para que yo preguntara en algún momento la historia del barco.

Me conté una historia a mi mismo sin saber a dónde viajaría.

Comenzó a tomar forma. Llegué al barco como observador. Al mismo tiempo sin saber porqué intuía que yo sería uno de los que asaltaría la embarcación para robar su importante carga. Era un ave con plumas rojas y de otros colores. Un fénix. Era serio, como el que había visto escondido en el zoológico. Sentía el ir y venir del oleaje en medio del océano.

La tripulación estaba quieta. Las figuras que guardaban con cariño al fénix resultaron ser mis padres. No conocí a mi padre. Pero de alguna manera siento que hay algo de él en mi camino. El fénix resulta ser mi corazón. Eso me emociona. A dónde lo llevarían? Por qué quería robármelo? Creo que en algún momento lo escondí de mi mismo por alguna razón. El mensaje en ese momento estaba ahí. Descubrir dónde dejé mi corazón y encontrarlo. Encontrarme a mi mismo nuevamente. O por primera vez.

Quise saber que pasaría con el barco y la tripulación. Sin embargo en ese instante y lugar a pesar del inminente desenlace, había paz. Era tiempo de volver.

Linterna Azul

¿Qué ha cambiado realmente?
¿Estoy avanzando o la tierra se hace más pequeña?
Me siento y entonces,
por un momento miro las estrellas.
Déjà-vu.
Una y otra vez la historia se repite.
Alcanzo a llegar a un punto y entonces…
Es la barrera de las 10:30 pm.
Son auto-saboteos.
Es el destino que juega damas en un tablero de ajedrez.
Son mis insights realistas y pesimistas.
Sigo acumulando temas musicales.
El patrón no es de arena.
Sigo mirando el cielo, en busca de una estrella azul que me haga recordar,
Esa extraña fuerza intrínseca.

Cyborg Kármico

Al parecer este texto lo escribió con odinofagia, un poco febril, deshidratado, hipoglicémico, desganado y con el corazón un poco roto. Esto último si los robots tuviesen corazón.
Soy un cyborg que sueña con otros lugares y escenarios dónde el devenir de los acontecimientos es diferente. Y el patrón no es más que arena.
Estaba cansado. Estaba cansado de soñar y esperar. Estaba cansado de generar expectativas. Válido si los robots tuviesen noción del tiempo.
El programa se pone en marcha.
Talvez todo esto sea kármico, o en cierta proporción todo tiene que ver con tiempos. Estamos en diferentes momentos. Timming.
En raras ocasiones las frecuencias se sincronizan por un corto tiempo.
Y es ahí cuando las cosas toman otra forma y súbitamente todo no es tan malo.
Uno siente que realmente vale la pena estar vivo.
“La vida es buena, cariño.
La vida es buena.”
Si es que los robots estuviesen vivos realmente.
Hay conclusiones alcanzadas con el programa iniciado. Sin embargo la simulación proyectada en esa mañana post noche sin luna en el campo y en las semanas venideras, aparentemente no tiene nada que ver con el escenario real. Nuestro robot lloraría si tuviera la capacidad de comprender el concepto. Y el propósito de hacerlo.
Falta, de todas formas, una pieza en todo esto.
Todavía no se entiende el escenario completamente.
¿Falsas expectativas o esperanzas reales?
Cuando se es un cyborg movido por los caminos misteriosos del karma esperando múltiples horas por un mensaje que lo lleve hacia la matriz, de pronto uno se da cuenta:
Back to the start.

Saturday, January 10, 2009

Des(encuentros)

El golden banjo me recuerda a esos momentos de cultivo de la varicela. Las duchas frías a esas noches en vela. El talco mentolado a esas noches dónde pude dormir finalmente. Aquel jugo de manzana a esas tardes sin ganas de almorzar. El atún de Tailandia a la resolución del prurito. Y el aciclovir, a la espera…
(Las esperas y las tardes como hoy, me llevan a momentos extraños)

Hope

...I hope you will have a wonderful year, that you'll dream dangerously and outrageously, that you'll make something that didn't exist before you made it, that you will be loved and that you will be liked, and that you will have people to love and to like in return. And, most importantly (because I think there should be more kindness and more wisdom in the world right now), that you will, when you need to be, be wise, and that you will always be kind.
-- Neil Gaiman, para este 2009.

Friday, January 09, 2009

Operación Vitamina C

Hay algunas veces que me siento como un ninja. De esos que usan como una pañoleta amarrada por la nariz. Que son mostrados generalmente como furtivos, espías y listos para obtener objetos sin ser vistos.
Es que nos citaron a todos con lápiz mina y necesitaba encontrar uno. Al final encontré pastillas efervescentes de naranja.
Ninja!

Un momento

“Lo que yo no entiendo es que, si teníamos sólo 2 pacientes, por qué salimos igual tarde?”

Same old story

“Some things do not change. Just…--his voice trembled-- don’t go too far.”
Then he stared at her. “Even separated rivers do reunite at sea” he thought. But he knew deep inside in that moment that one more time he was supposed to move on. Back to the road, he struggled to not look back.

Now he feels that much of this story repeat itself.

“Get over it. It’s not the end of the world anyway. But I’m puzzled” she said. “Why do you put so much valor in this?” 
The memory of that moment was colored with tears that couldn’t or shouldn’t appear.

He was numb. In that place and in that moment he wanted to hear that he was not alone in the universe.

Or be swallowed by a killer whale. His heart first.

Nocturnidad

Frente a la pantalla mis sentidos pasan, afuera, los autos saltan, las micros viajan, las luces alargan, el reggaeton reclaman.
Este es mi viernes.
Pretty…exciting, right?

Thursday, January 08, 2009

Don't fade away

Tuve un sueño 

y no lo envolví en palabras

Fragmentos es lo único que tengo

se alejan de mi

comienzan a borrarse

El tiempo no para

y yo tenía un sueño

Wednesday, January 07, 2009

Internado

"¿Y por qué lo llaman así?"
Él estaba a punto de descubrirlo.

Monday, January 05, 2009

Años nuevos

Y entonces emprendí un alocado plan nunca antes realizado: una idea genial, al menos en el papel.
La primera parte del viaje me recordó a Stgo. Hacinamiento en vagones pero, con más weveo, niños, pelucas coloridas, botellas de champagne y esas nuevas invenciones que al abrirlas lanzas challa o cosas brillantes. Ya en Quilpué la cosa estaba un poco apretada y en Viña ni hablar, empujones al más puro estilo capitalino pero ojo, eran todo en el contexto de un nuevo año.
Con algunas dificultades logré bajarme. “Flaco, espera”.
Me acercaba al lugar elegido. Fue una de las mejores partes de aquel extraño experimento el internarme en ese mundo nuevo y nocturno que se disponía a finalizar el año en grande. Sin dudar la gente se tomaba las bancas, los pequeños miradores enclavados en las rocas se volvían una fotografía de la última cena pero, privada en un lugar público, si es que algo así existe. Hasta manteles y finos canapés se daban cita en la boca acidificada por deliciosos brebajes alcohólicos.
Yo estaba sobrio. Demasiado sobrio. Además ya tenía ganas de ver la salud del animal.
Caminé por todas esas escenas familiares y ajenas. Ahora lo que tenía que hacer era encontrar aquel lugar dónde poder sentarme y con esa quietud espiritual ver los famosos fuegos artificiales.
Insisto, estaba demasiado sobrio. Y en breve me iba a dar cuenta que había otros factores no considerados en este curioso plan.
Finalmente después de embeberme en este escenario tan divertido, fui a parar a la playa. Más o menos dónde había pensado estar. Sólo que en este tipo de situaciones a veces lo popular es un poco más de lo aceptable, así que estaba entre el juego de 4 niños inquietos, hinchas del Everton, un cuarteto de pololos con su propia onda y unos chiquillos traviesos que lanzaban fuegos de artificios clandestinos que casi causan una peligrosa situación a los incautos que observaban el mar a esa hora y que por casualidad estaban más cercas de ellos.
La hora que faltaba se volvió sólo media hora y, a medida que algunos temas seleccionados en mi mp3 terminaban ya solo eran 15 minutos.
Empezó la cuenta regresiva.
Intenté hacer una retrospectiva rápida pero ya a esa altura, estaba un poco irritado. Quería tomar una mano y no cualquier mano.
Empezó lo que la cuenta regresiva había vaticinado.
Un show de color, explosión, al unísono junto a otros puntos de lanzamiento: la luz era alta, roja, iluminaba casi todo, humo y, la intensidad iba en aumento hasta que tuvo esa regresión casi como si un humano fuera. Hubo partes que realmente no eran demasiado interesantes y que se combinaban con llamadas a celulares de la gente alrededor.
Cuando todo había comenzado y yo sobrio, me llegó champaña ajena.
Sentía el olor a la champaña en todos lados, y yo no probaba ni una gota. Al menos no de la forma tradicional: mi chaleco se encargaba de disfrutar. Gotas avanzaban en mis mejillas y no eran lágrimas ni sudor.
El espectáculo llegaba a su fin. La secuencia final fue genial y por esos 5 minutos todo el show valió la pena. Fue casi perfecto en ese instante.
Sin embargo hay cosas que se disfrutan más si se comparten.
Al momento de querer salir de esa zona arenosa me di cuenta que no era el único. Un tumulto luchaba igual que yo casi en desesperación como si el trance de la pólvora y fuego de color no hubiese significado nada.
Con cierta habilidad esquivé gente y pude salir del hoyo en dónde me encontraba.
Caminé de regreso y esta vez, la sobriedad me hizo irritarme más con las muestras de cariño, que múltiples parejas que se cruzaban en mi camino o que yo me cruzaba en el de ellas, se profesaban en esa algarabía casi mágica que trae este tipo de fiestas.
Yo había elegido ese plan, pero hablando en serio, tenía otra opción?
Me dediqué a mandar un par de mensajes. El primero al parecer no llegó. Más tarde mandé otro que también no pareció llegar, pero que más tarde recibí respuesta. Para el primero que no llegó, mandé otro unas 3 horas más tarde y si llegó y pude dormir.
Aunque antes de llegar a esa parte, falta la guinda del pastel, o el ojo del caviar.
Tomar micro. Un amigo antes me llamó y se encontraba en el lado opuesto de la avenida. En un plaza con nombre de país.
El ánimo ya estaba medio cruzado y mejor no hacer nada. Si veía otra pareja no respondería a mis actos. Al menos se leía bien en el papel.
El pasaje costaba el doble de lo normal, pero a esa altura solo quería regresar y no era que pudiera encontrar algo más económico.
El viaje fue alocado, con varias almas en la locomoción colectiva, extraños personajes, vueltas raras cortesía del chofer para evitar el cuello de botella del tránsito, y la memorable escena de esa adorable pareja de adultos acercándose a la vejez que discutían y la mujer como que hizo el amague para volver a sentarse después.
La gente arriba, aplaudía para que le pegara. No creo que tuviera que ver mucho con el estado del alcohol. Y me refiero a los pasajeros.
De a poco se fue descongestionando la micro y sin darme cuenta ya me pude sentar. Escuché algunos temas para darme ánimo.
Me bajé y empecé a caminar. Al final es eso lo que mejor hago.
Cuando llegué tenía olor a champaña ajena. Pero no iba a terminar así esa noche así que me terminé la champaña que estaba en el refrigerador.
Una copa de vino, otro mensaje mandado y a dormir.
Feliz año.

Sunday, January 04, 2009

Una mañana

"A través de la caca uno puede ver, la salud del animal."