Viajando en un bus de casi media noche hacia mi casa con el
bolso usual y pasando una película bélica de mala calidad con el papá de Charlie Sheen que ponía cara de serio y de que le importaba actuar. Unos espías, disparos de fogeo y escenas forzadas dibujaban el complot shanta entre las curvas de Lo Orozco luego del cruce de Casa Blanca.
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