Él quería, clara y apasionadamente, tener algo que hacer:
quería hacer, ser, sentir...y no podía; quería sentido,
quería una finalidad...
quería hacer, ser, sentir...y no podía; quería sentido,
quería una finalidad...
Erin, tan perdido en el tiempo «espacial» extensional, estaba perfectamente organizado en el tiempo «intencional» bergsoniano;
lo fugaz, insostenible como estructura formal, era perfectamente estable, se sostenía perfectamente, como arte o voluntad.
lo fugaz, insostenible como estructura formal, era perfectamente estable, se sostenía perfectamente, como arte o voluntad.
"El Marinero Perdido" extraído del libro
"El hombre que confundió a su mujer con un sombrero" de Oliver Sacks.
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