7 la apertura de la puerta (o Eros exhausto)

tal vez en la habitación
se esconderían diferentes sinfonías
pero en esas tardes de ocio
en el continuo dinámico
un hoyo negro

diferenciemosnos de la inacción pasiva

en mis viajes tuve la suerte o no
de contemplar los ciruelos
florecidos
la semana pasada
el hoyo negro absorbe todo
a su paso
por el continuo dinámico

diferenciemosnos de los pequeños brotes verdes

era un septiembre las cosas no resultaron
cómo se esperaba o cómo se quería
el lugar de la tocata rodeado de pinos
otro viaje dimensional con estilo urbano

diferenciemosnos del dharma

beberse el vino ofrecido que no era porque el otro era vinagre
y terminar por la noche con un triste hoyo negro

diferenciemosnos de la masturbación

durante el período de aprendizaje era menester obtener
el mismo número de asiento para tomar ese viaje
había que comprar el pasaje el día anterior porque

diferenciemosnos del doppelgänger

un ente misterioso se adelantaba y obtenía mi número
son días dónde hay que volver a caminar por esas calles

es hora de identificarse

con la miseria y la soledad
con el pasado y los patrones invertidos
con la vivencia distorsionada o cuerda
de la temporalidad

con los viajes al infierno

para terminar brindando con Thanatos
antes de pagar todas las cuentas

en ese breve momento de melancolía o trascendencia

de consciencia

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La apertura de la puerta ocurrió en sinfonías diferentes

En la habitación se encontraban conviviendo momentos trascendentes de certeza compartidos entre el yo corpuscular y el yo ondulatorio

Cuando hay interés no existe vaivenes

Al recordar el futuro encontraba las películas grabadas
de pésima forma conseguidas de forma irregular

Eran copias de la copia

Pero hay algo auténtico en cada falsificación:

algo inconsciente se manifiesta de forma irresistible
para dejar un testimonio del viaje

la estrella enana azul lejos

conduciendo cada braceo en el océano
hasta el cansancio

lágrimas mezcladas con el origen

sin la apertura de la puerta y una mano

Luna y Sol en la misma casa

Con la respuesta de que me tendrían en consideración terminó la posibilidad de ser entrevistado por una encargada de mercadotecnia de mi aplicación favorita de medicina basada en la evidencia.

Un rápido análisis me hizo comprender que podría haber dicho algo más inteligente y aprovechar la oportunidad de almorzar tal vez sin importar la declaración espontánea para validar su opción.

El vi(r)aje

En ese período de viajes en bus dónde ponían variadas películas que nunca terminaba, tampoco me importaba realmente sólo quería llegar a mi casa, me encontré viendo antes de comprar un pasaje de avión llevando el monto de dinero en una mochila de mezclilla prestada, la segunda entrega de Goofy o Tribilín para los más puristas. Una escena que me marcó hasta el día de hoy es en la biblioteca cuando debía estudiar para el examen de recuperación en la universidad y demostrarle a su hijo que no había sido una pésima idea el inscribirse también para poder compartir más con él. 

Con el tiempo en contra decide tomar una pastilla tipo anfetamina para rendir mejor con el estudio y eso produce que se pierda en un episodio psicótico breve con toda esa música siniestra y animación de poca calidad coincidiendo que tenía que bajarme del bus. 

Es posible que el encuentro emocional próximo le perturbase y que esa sensación de inseguridad tuviera como medida contrafóbica el mantener una distancia obsesiva la cual racionaliza a través de lo políticamente correcto como la necesidad de espacio-tiempo o matricularse en una universidad no acreditada y competir en los juegos del hambre. Sin embargo la mejora sólo fue notada una vez alterada la vida cotidiana en la articulación de un viaje al momento que todo podía ahogarse en la sangre espesa de heridas narcisistas. 

Nuestro protagonista del material audiovisual aquí comentado nunca más tuvo un papel relevante, por eso prefiero ver a Pato Donald preparando armamento bélico bajo un régimen nazista.