Tuesday, January 05, 2010

Lua 500

Curiosamente regresé a Viña una vez más a pasar el año nuevo lejos de todo pronóstico porque si en el 2008 me hubiesen informado que algo así pasaría…

“Al tiro al Velorian” (sin dudarlo) sólo para ver el espectáculo no pirotécnico.

Entonces el año se terminaba, un año diferente en todo sentido coincidiendo con cambios en las condiciones que se recreaban en varios niveles. (Me gustaría ser más vago pero no da).

Después de 2 años ocurría una luna azul el 31 de diciembre, cosa que sólo se repetirá en otros 2 años.

Un momento…

¿Qué es una luna azul?

Básicamente es una segunda luna llena en el mismo mes, fenómeno que además está relacionado con un incremento de la libido femenina.

Ah?

Discutible (tal vez).

Pero sin duda la luna se veía imponente aquella noche.

(Hace algún tiempo vi la luna desde mi ventana mientras escuchaba algo así como una música pop española tarareada que justamente en este instante que tecleo la ponen en la radio. Simbolism!?)

la luna y los fuegos

Había señales en todos lados. Y había cosas en este viaje similares al anterior: la ida en tren, la gente con ánimo fiestero y ganas de weveo, miradores tomados como rehenes en pos de obtener un salón vip artesanal sólo para los pacientes y automovilísticos personajes que llegaron como 16 horas antes bebiendo champagne probablemente no francés pero igual helado, papas fritas substituyendo al caviar y en vez del waltz famoso ese, una buena cumbia que módicamente se podía adquirir en CD si te gustaba luego de escucharla por los megaparlantes…

Pelucas psicodélicas y challa nocturna se entremezclaban con los pensamientos y reflexiones de un indigente recostado sobre su colchón favorito acomodado en un carrito de supermercado oxidado.

Con vista al mar.

Sin embargo todo eso no importaba porque había un cambio cualitativo: un escenario que se constituía en base a cambios en las condiciones que se creaban por primera vez rompiendo el patrón.

“Esa es la señal”

La playa repleta con la marea alta. La playa con la gente arrancando de las olas que mojaban. La playa con diferentes personajes, algunos más alcoholizados que otros que miraban las olas que mojaban a los más ingenuos mientras comentaban sus opiniones frente a los hechos de la noche con diversas analogías y estilos que muchas veces bordeaban el humor heboide.

Parece Hawai!

Lista la uva, las lentejas y el champagne chico demi sec para esperar el nuevo año. Actos simbólicos que el subconsciente reconoce modificando de alguna forma algo en la psiquis.

Ritos.

Todo eso que me molestaba la vez anterior pasó a segundo plano porque en los ojos se refleja el espíritu. O algo así…

Abrazo al carabinero que recibía más afecto de lo que podía contener. O simplemente no le gustaba que lo tocaran y sólo envidiaba a los transeúntes.

O el weveo.

Tal vez la gente que ve todo este espectáculo de fin de año desde la comodidad y limpieza de las terrazas en los edificios con vista al mar envidia de la misma forma o más a la gente que pasa la fiesta en la calle y observa a todos esos individuos allá arriba con sus ropas italianas perdiéndose la verdadera diversión con los más extraños y ordinarios personajes urbanos.

Con pelucas psicodélicas incluidas.

Este año fue diferente.

Bus repleto pero no tanto con un viaje más largo de lo habitual pero no tanto.

Un río proveniente de una vegija tensa se abre paso por el concreto de una vereda antes de encontrar a un ser cuadrúpedo con cara de Ewok perdido por tanto weveo fiestero que comienza a caminar por la calle solitaria buscando asilo mientras una pareja se esconde en lo oscuro y casi es sorprendida por un inocente transeúnte.

Ceviche y vino tinto en la cocina. Feliz año,

Post 500

1 comment:

Paola said...

y el domingo mientras caminaba x v.a vi al clon de ewok en una casa cercana...
algun dia sera mi mascota x mas de 12 horas
muuaahaahaha