una de las donas más ricas y grasientas que he comido son las que se encuentran en esa panadería dónde el lector de campos electromagnéticos se volvía loco. Una tarde después de varios meses de camino a mi casa pasé a comprar una de manjar. La señora que estaba adelante mío para pagar en la caja olía a todo lo qué significa ser humano y mostraba, a todos los valientes que se permitiesen contemplar, la marraqueta. Supongo que para estar en sintonía con el concepto temático del local.
Thursday, July 13, 2017
El regreso del manjar (o algo huele raro)
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