Era un poco más de las 3.30 am y faltaba poco para que finalizara mi levantada.
Sentado en uno de los sillones de la residencia esperando…
Cuando de pronto todo comenzó.
(Nunca tan cliché como un rugido desde el suelo)
Los otros sillones eran ocupados a cabalidad por doctores durmientes que fueron despertados por el movimiento ondulatorio.
Justamente cuando se sentó uno de ellos, cayó un pedazo de concreto que bien podría haberle caído en la cara si no se levanta antes.
Las planchas del techo comenzaron a caer y en la oscuridad la escena tomó cierto carácter surreal-cómico-telúrico. No era aconsejable salir de la residencia porque caían cosas así que los 3 nos quedamos en un rincón protegiéndonos con los brazos de las cosas que precipitaban. Al salir al pasillo lámparas y fierros colgaban. Pasando la puerta corta-fuegos vi una nube de asbesto en ambas direcciones, como una neblina tenue que daba un aspecto de post-atentado terrorista o no. A lo lejos el otro interno despertado por los movimientos se acercaba.
Luego iniciaron las llamadas, frustras en la mayoría y más si no contabas con un equipo 3G y sólo el teléfono público. El primer conteo por la televisión.
Algunos eventos de pánico, sorpresa y después el éxodo de pacientes al patio. Puerperas, epóquicos, pacientes con alguna enfermedad infecciosa misteriosa (por la mascarilla) y todos los hospitalizados que pudiesen caminar. Un turno atípico?
Regreso caminando viendo los efectos del sismo en la ciudad, con algunas estructuras alteradas y estatuas caídas. Hasta el terminal de buses para ver si efectivamente había viajes y luego la desesperación de subirse a la máquina trajo consigo todo tipo de empujones, lenguaje bordeando lo escatológico o recuerdo de la madre y finalmente mi viaje ulterior a casa.
1 comment:
Regimel!
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