Y entonces ya tenía escrito un nuevo post en el ciber, sólo bastaba con publicarlo y...una vez más los oscuros designios de gente inescrupulosa...o...simplemente la conexión falló. Pero es que me había gustado lo que escribí por lo que me dispongo a tratar de restituir de la mejor manera eso que alguna vez fué escrito. Partiendo con que el Sr Inquisidor tiene una mirada inflexible talvez la vida ha moldeado aquellos ojos grises sin vida ni anhelos...con todo respeto quiero expresar mi punto de vista, ya que siempre hay un momento de reflexión ante cualquier viaje. Si puedieses escojer entre el Honor o el Amor? Para Coronario el honor era lo mismo que se pone para plantar lechugas o tomates, es decir estiércol, una mierda...pero esa opinión viene de un ser temeroso que vivió siempre a la sombra del matriarcado y que nunca fué capaz de enfrentarse a sus propios miedos y seguir sus sueños, simplemente aceptó su condición y no hizo nada para cambiarlo. Ni siquiera atreverse a saltar al abismo y terminar su sufrimiento. Ser o no ser?, esa es la cosa...traducción original. Sr Inquisidor, la villanía se perdona pero la ingratitud no; uno puede caminar y no necesariamente hacer camino, es fácil confundirse y más si intentas engañar a tu corazón. Por mucho tiempo vivimos en las sombras a la espera de la última manifestación del águila plateada que alguna vez nos encantó con su vuelo en aquellas tardes de otoño; y no es por que hayan plantado platános orientales por su rápidez de crecimiento o que las avellanas no sean para comer, hay algo en la escena que no es lo mismo. Todo cambia, la impermanencia es la verdad perante frente a nuestro ojos, pero como buen ser humano olvidamos lo que nos conviene y convenimos Sr Inquisidor que hemos trazado caminos patéticos, distintos...mas erráticos. Al final no es sólo el Andarilho quien escribe e intenta interactuar, también está el Retalhador...y el conflicto es inevitable sin duda. No puedes escapar a tu destino y menos si lo ves a la cara. Antes del final tú vendrás una vez más, pero el escenario- como el té que sigue siendo té, no así el recipiente que lo contiene el cuál una una vez que se rompe deja de ser lo que era-habrá cambiado. Sr Inquisidor estoy listo, que el fuego purifique el alma de este ciervo...
*Claro no quedó ni cerca a como alguna vez fué.
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