Un cerdo antes de ser faenado se escapó de la granja y fue a rezar frente un templo budista por su salvación.
Se rehusaba a irse del lugar hasta que un monje le dio la bendición.
Fue sacrificado al día siguiente cuando regresó a la granja.
El animal realmente estaba en un dilema, si sentirse feliz o triste.
Feliz, porque sabía que pronto podría dejar la vida de cerdo.
Triste, porque previó la vida kármica del dueño como un cerdo.
Friday, March 06, 2015
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