Los caramelos multicolores obtenidos por procesos altamente
industrializados tenían un matiz en la saborización totalmente distinto a lo
esperado. Comenzaron a ingresar en el
medio de transporte pactado para aquella noche. A medida que la carretera se
extendía por varios kilómetros era imposible encontrar un retorno por lo que se
alejaban cada vez más del destino. El sofisticado GPS con voz hispana andrógena
no lograba orientar a los preocupados
pasajeros. La promesa de alcanzar la liberación de aquellos egos
coloridos para colaborar libremente entre su dulzura, parecían distantes. La
caminata era ahora una posibilidad frente al mar que comenzaba a golpear fuerte
con olas de gran altura. Despertó inquieto con una extraña pero casi familiar sensación
de vacío que coincidía con la percepción del sabor ácido insertado en algunas
de las papilas gustativas. El destino parecía ineludible. Aquellos seres no
podrían regresar a la fuente primigenia a través de los caminos no tomados. Los
ruidos allá afuera habían desaparecido y una tenue luz permitía leer una frase en la
piel. Cerró los ojos una vez más. Lejos, muy lejos como un susurro, una música insidiosa desde el interior de una casa
de madera rodeada por el bosque podía ser escuchada. El mar inundando todo a su paso, la sal destiñendo los momentos
logrados sin lágrimas. Casi como un mantra la contradicción se repetía profundamente en circuitos
reverberantes que sólo mostraban un único camino posible de ambivalencia entre
el eterno retorno y el caos policromático.
Saturday, March 21, 2015
caramelos multicolors
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