Wednesday, June 11, 2008
¿Cómo llegué a este basural?
Papa con Hongos enfrentaba su último desafío, la aventura final y definitiva, el corolario perfecto y ensayado, el desenlace más digno posible de las pocas pero notables actividades y/o hazañas logradas con desidia y extrema rancidez por cualquier papa de la que se tenga conocimiento hasta ahora. Buscando una forma de dejar este basural ideó un plan intrincado, al menos para una papa, que necesitó algunos sacrificios y varias horas de vigilia, las cuales no fueron problema porque las papas no suelen dormir. Los preparativos se encontraban en la última fase, unas pocas modificaciones para lograr mayor velocidad y afinar uno que otro detalle que sin duda traería más de algún comentario envidioso, si es que en ese preciso momento algún otro vegetal sin importar la afiliación de huerto ni credo vitamínico hubiera estado presente o al menos pasado por allí; en aquel instante sólo se encontraba una cuadrilla de panes deshidratados que no hablaban y tendrían un incierto destino a manos, o picos, de palomas hambrientas y enojadas con la existencia y particularmente con ciertos gatos insolentes pero menos hambrientos. Todo listo, ésta sería la última peregrinación de Papa con Hongos, el momento se acercaba. Con extrema cautela una vez más ensayó mentalmente todos los pasos necesarios que según sus cálculos eran 23 ó 5 dependiendo de la condiciones ambientales y de la cantidad de platos sucios con contenido misterioso y orgánico. Llegaba el momento de iniciar la primera secuencia de eventos del plan: horas de preparación serían puestas a prueba sin lugar a errores; si Papas con Hongos hubiese tenido un sistema digestivo, adrenalina, reflejos, boca, jugos gástrico y uno que otro detalle menor sin duda habría vomitado vigorosamente. Pero todo se fue a la basura con papa incluida. Larga vida a Papa con Hongos!
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