Una situación bizarra y nocturna ocurrió en el bosque dónde la visibilidad es escasa y el croar de las ranas (que en realidad no lo son, si no sapos) es más colorido, en busca de la laguna.
— Buenas noches — preguntó el motociclista que apareció de la nada y que encandilaba con la luz de su vehículo. — ¿Puedo ayudarlos?
— Si, eh…buenas noches — respondió uno, mientras otro individuo, que estaba al lado del camino en el descenso, comenzó a subir con leves maniobras para evitar resbalarse. Estaba abajo porque era un camino “directo” a la laguna.
— Es que el perro ladraba y podía morder — dijo.
— El perro no les hará nada si bajan por el camino normal — respondió el guardia y posteriormente sacó un comunicador.
— Charlie delta cambio — empezó a informar. — Van 3 jóvenes (gays, debe haber pensado el guardia por toda la escena, el cuál además debe haber estado: o asustado por lo extraño de la situación, o feliz (al menos contento) porque su habitual rutina de guardia se vio alterada por una curiosa o extraña situación descrita en este relato) que quieren conocer la laguna, cambio.
Y así conocimos la laguna.
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