“Café…”
“Hey mister, está helado”
“¿En serio?”
“¿Qué demonios? Esto está incomible devuélvame el dinero AHORA”
Mientras tanto cerca de la base de operaciones:
“¿Qué es eso? Es como un meteorito y va a caer ahí como en los matorrales”
“U-u-uh wé U-u-uh wé”
“Mira es un muñequito como de plástico que está llorando”
“Si algo hay que admirar en estos japoneses es su capacidad de inventiva”
“¿No?”
Posterior a eso procedió a retirarse de la cabeza el gorrito de gnomo.
En ese mismo instante todos se habían reunido para charlar ávidamente de la vida y, de un momento a otro, el gordito simpaticón se puso wn como si de embriaguez patológica se tratara aunque el volumen de alcohol distaba de ser menor: le rompió el cierre y se le salió el botón del pantaloncillo.
De cuero y terciopelo. Coincidencias y sueños. Desde una esquina solitaria en un quiosquito.
“Su canapé de piñón señorito Richardson”.
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