No tengo idea por qué razón era yo el primero en llegar al lugar. Y eso que llevaba una media hora atrasado. Era señal de que algo extraño iba a ocurrir. Me puse a mirar alrededor y el lugar estaba bastante desgastado. Incluso hediondo. Si alguna vez tuvo algún momento de gloria, esa sólo podría encontrarse en pergaminos del mar muerto. Estaba rancio sin duda.
Ordené mi bebida y no me atreví a probar por ningún motivo esos maníes que tenían en la fuente.
En eso llegó el wn. Andarilho se veía post turno, enojado y bastante sucio. Se sentó y me preguntó qué estaba bebiendo. Pidió lo mismo que yo mientras se refregaba la cara.
“Extrañamente fue una de esas situaciones dónde todo coincide. Sin que uno lo espere. Como si cada detalle tuviera un efecto directo o no en el resultado final. Como piezas cuya función en el rompecabezas sólo se revela al final, cuando todo conecta. Así que todo coincidió. Una en cien. Casi nunca ocurren.”
No tenía más opción que escuchar lo que me hablaba. Incluso agregó que se había quedado inconscientemente con el lápiz de un becado de cirugía y eso formaba parte también de su ecuación.
Con un tono irónico le dije que parecía que estaba viendo demasiado Lost.
Me respondió que la quinta temporada ya se había terminado. Y que ahora no tenía razón para vivir.
Preguntó por el blog y qué se suponía que estaba escribiendo. De todas formas no podía quejarse demasiado porque el mismo decidió el viaje.
Las botellas comenzaban a apilarse en la mesa. Empezó con el cuento de los gnomos. Yo hablaba de lo extraño que son ciertos personajes del metro.
“¿Viene el otro invitado o no?” Ya me estaba aburriendo con él. No era particularmente divertido hasta que fuimos a otro tema.
“Y por eso me carga Feizbuk. Uno se entera de cosas que no debería saber.”
“¿Entonces por qué entrabas a revisar de vez en cuando?”
En ese momento no pensé demasiado en lo que decía; probablemente el efecto del alcohol.
“¿A qué te refieres?” preguntó con sospecha Andarilho.
“Yo creo que querías eso. Querías encontrar malas noticias. Siempre pensando mal hasta que lo confirmas. Así que no sé de qué te quejas. Si lo buscas, lo encuentras.”
Talvez fui un poco duro. O talvez era momento que alguien se lo dijera.
“Es que es siempre lo mismo…--su voz cambió-- Este verano comenzaba y pensé que talvez las cosas podrían ser diferentes. Y lo fueron por una fracción de tiempo, una foto al menos en un inicio. Pero la historia se repite una vez más. Aparecieron mutantes, fantasmas y bostas secas en raras escuelas no acreditadas de magos construidas en iglesias abandonadas con generosos aportes de alcohol para un suelo infértil bajo un cielo sin búhos grandes aún porque las crías se escondían en los techos de la luz de linternas inquietas mientras sostenían tu mano mirando las pocas estrellas sin saber que era un destino con falsas promesas. Era libre esa semana. Y claro...cuando las cosas van demasiado bien, no se supone que duren demasiado…”
No sé como sacó todo ese discurso de la nada (tampoco sé que sentido tenía todo eso en su lógica bizarra). Sospecho que el wn lo tenía preparado de antes porque debo admitir que le salió algo bkn. Aunque podría ser la cerveza perfectamente. Sin dudarlo yo también tenía una respuesta preparada:
“Andarilho, tu ingenuidad todavía me sorprende”
Silencio.
A lo que agregué “¿Creías que todo iba a ser tan mágico que iba a resultar inmediatamente?”
Se empezó a picar. En segundos, estábamos dándonos trompadas en la mesa. Se cayeron las botellas, rompimos un par de sillas.
No me golpeaba a mí realmente. Golpeaba a algo más intangible. Dejamos hasta ahí esa junta que a esas alturas no había resultado.
Me puse mi chaqueta. Agarré un puñado de maní de la fuente (que extrañamente estaba ahí todavía) y salí a la calle.
Unos pasos más adelante recordé. Empecé a escupir pero ya me los había tragado.
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