(Versión modificada)
La cirugía terminó. Sin embargo ese olor todavía se encontraba presente: una mezcla de varios tipos de quesos pasados, fundidos, podridos, suflés de queso, salsas de queso y no sé, algo con queso…
“Es uno de los olores más asquerosos que he olido.”
Antes de proseguir con este sin sentido, es casi una obligación hacer una breve reseña de los eventos del día (pasado) que finalmente me llevaron a ese punto.
Corre video.
La peor nota de la segunda prueba. Eso molestó por varias horas.
No bastaba tener buenas noticias. Por eso una lista extensa de pacientes en el poli.
En resumen: terminé en el pabellón ambulatorio.
“Agárrela como si fuera la de su polola.”
Pausa.
(Ese comentario fue bastante…¿divertido?…porque en realidad yo…no…¿Vale la pena escribir otra broma FOME?)
Más tarde una secuencia rápida de cómo contaminarse en segundos. Cambio de guantes para que empiece la aventura otra vez. Podría ser que los niveles de glucosa estaban un poco depletados.
Nada de duendecillos vestidos de escoceses pero,
La mama me sonrió. Me mostró sus dientes amarillos que fueron desapareciendo hasta perderse en un mar rojizo. Tuvo que chuparse un dedo para finalmente vomitar un engendro nocturno polilobulado.
La segunda aventura fue un poco mejor que la primera:
Regresamos al punto inicial del post (…tantos..."eventos" que precedieron…)
Ya oscuro, llego al casino para encontrarme con un nuevo platillo en el menú: puré, pero con un ingrediente especial: queso.
Pensaba mientras me venía para acá que talvez podría haberme equivocado al escoger.
No comments:
Post a Comment