Donde uno vive

Aviso: este extraño resumen fue escrito en minutos sobre una solicitud de examen radiológico arrugada antes de agarrar un montón de ropa sucia como acompañante para un viaje corto.

Vivo en un edificio que está frente a una bencinera donde unos viejos al parecer hacen cosas truchas porque una vez pusieron un amplificador de señal wifi en el balcón y ellos pensando que era una cámara que grababa todo lo que hacían fueron a reclamarle al mayordomo.

Eso está en una esquina bastante pintoresca ya sea por las prostitutas que se ponen cruzando la calle como también por todos los choques que puedo contar incluyendo transantiago y ciclistas.

Vivo detrás de unas parrilladas que se supone emulan el estilo argentino. Contratan personas para que se disfracen de personajes del club Disney, Bob Esponja o Teletubbies para que promocionen a la orilla de la Alameda sus virtudes sin importar el calor del verano. Cuando uno pasa por ahí con el estomago vacío, hambre y enojado, al sentir el aroma no se puede evitar secretar jugo gástrico (sobre todo cuando recién se instalaron). He comido 2 veces ahí, la última vez luego de un concierto de Lilin Alek al que me invitaron porque la invitación original había sido rechazada por la invitada (lamentablemente para el invitador).

Vivo dónde las pololas o novias tienen que esperar en una salita porque no se puede ingresar a los departamentos con ellas. No es que me haya ocurrido eso alguna puta vez.

Que wn ¬¬