Fruta que habla

Con todo pareciera que una pequeña parte de mí fuera animista. Será que hay algo en la información que traigo, en la de mis predecesores que alcanzaron a sumergirse en una cultura olvidada que pincela tangencialmente mi herencia? Muchas veces me hace sonreír el escribir sobre un mundo dónde todo está vivo. En África se les daba vida a todas las cosas y fenómenos; una forma de sentir que viene de tiempos inmemoriales y que cada día nos esmeramos en olvidar…cuando los primeros seres humanos se encontraban en un mundo que no comprendían, llenos de misterios y cosas fantásticas, que de alguna forma eran capaces de explicar, aparecen las historias que para ellos tenían un sentido trascendental, pasadas de generación en generación…Todas las cosas viven como para un niño de 4 años con un pensamiento, prelógico, simbólico y animista inmerso en una realidad parcial que no generaliza, jerarquiza y que oscila en lo real y fantástico. Talvez simplemente sea reencontrarse con la primera infancia.

Salgo de la estación del metro en la mañana y súbitamente tengo pujo rectal. Camino lentamente con las nalgas apretadas. Llegué 20 minutos antes del inicio de la pep que no podría dar tranquilo si no tomaba una decisión (ya estaba establecida desde el momento que salí de la estación). Había tiempo suficiente para subir, ponerme el delantal y sentarme. Un suspiro aliviado. La vida sería mejor si todas las mañanas fuesen así. La sociedad entera respiraría menos estresada y todos seríamos mejores personas.

Un enfrentamiento: Atunes de Tailanda v/s Atunes de Brasil. Si bien Brasil tiene todo que ver con la confluencia parece que no podrá vencer esta vez. Puede que el secreto sea el aceite de soja.

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Yo pensaba que escribir 45 posts en julio este año, me elevaba a algo, a un nuevo nivel en la esfera de blogs talvez. Sin embargo hace un par de minutos descubrí que alguien en enero 2006 escribió la no despreciable cantidad de 51 posts. Quién era? Él esta esperando en los links de la derecha a que lo descubras. Y no, no estoy refiriéndome a Gaiman. Indeed.