Finalmente vi la última entrega de Spiderman. Podemos decir que en ésta, el fetiche por desenmascarar al Spiderman continúa y que los valores nacionales (I love N.Y) poniendo a la gente mirando y la bandera de EEUU son mantenidos. O sea, tienen el potencial para lograr efectos especiales tan geniales pero las historias son mediocres, llenas de clichés poco coherentes y escenas totalmente sin aporte, como ver a Harry y Mary Jane cocinando, cuál es la idea? o las soporíficas conversaciones entre Peter y su tía May. Argh!!! Tobey Maguire emo? por favor…Me carga Peter Parker de las películas, como triste y melancólico y las caras de wn que ponía, poco expresivo, talvez el traje sea demasiado ajustado en la zona. Y Eddie Brock con colmillitos, parecía un vampiro, un hermano perdido de Spike talvez, ni idea.
Definitivamente deberían cuidar más la franquicia como lo hicieron con Batman últimamente y enfocar a que público quieren alcanzar. Si yo fuera un niño, quisiera acción con Spidey saltando y peleando y haciendo bromas, y no ver conversaciones aburridas con mi tía. Y con tantas buenas historias en los comics no entiendo porqué se complican en esbozar una historia tan forzada. De todas formas los efectos son buenos y en más de una ocasión reí con las caras de los extras que aplaudían a Spiderman, como la del policía afro americano que puso una cara de sorpresa, felicidad y de qué se lo comería con papitas fritas. El tema de Spiderman, cortesía de Danny Elfman, es emocionante desde la primera, al estilo épico. Me gustó mucho Gwen Stacy (Bryce Dallas Howard) y en algún momento pensé que podría aparecer algo de ella y la trama original pero nada. Quedará, espero, para la próxima. No tan recomendable.
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